Comunicación Técnica Nº6 2025

Elaborada por GRUPO TÉCNICO DE FERTILAB

MONITOREO DE NITROGENO EN POST-EMERGENCIA:
LA OTRA MITAD DEL PARTIDO

 

La fertilización nitrogenada en trigo y cebada no se termina de definir en presiembra. Si bien el diagnóstico inicial es clave para estimar la dosis de base, muchos lotes quedan a mitad de camino si no se monitorea el estatus nutricional durante el ciclo del cultivo. El monitoreo en planta con sensores locales o remotos en estadios vegetativos y reproductivos tempranos, permite ajustar a tiempo la dosis, evitar deficiencias y maximizar el potencial del cultivo.

En campañas con lluvias abundantes, como la actual, se incrementa el riesgo de lavado de nitrato. Por eso, los análisis en presiembra pueden disminuir su eficacia dado que la demanda de nitrógeno (N) del cultivo se incrementa a partir de macollaje. En estos casos, el monitoreo a partir de un nudo, con sensores como SPAD o GreenSeeker, es clave para detectar desbalances a tiempo y definir las dosis de refertilización.

 

Primero lo primero: diagnóstico inicial

Antes de sembrar, la determinación de N-nitrato en 0-60 cm y Nan (nitrógeno anaeróbico) en 0-20 cm, permite estimar la oferta inicial y potencial de nitrógeno (N). Este paso es clave para ajustar la dosis en función de la mineralización esperada. El Nan representa el potencial de mineralización de N y cada ppm de dicho indicador aportaría entre 2 y 2,4 kg N/ha durante el ciclo del cultivo de invierno. Esta información mejora la estimación de la dosis base y reduce la incertidumbre, especialmente en suelos con adecuada salud edáfica, es decir, con un menor grado de degradación.

Además, como lo mencionamos en comunicaciones previas (SINTONÍA FINA, LO QUE MARCA EL INICIO DE LOS CULTIVOS DE INVIERNO) se recomienda repetir la determinación de nitrato en suelo en 3-4 hojas cuando se presenten condiciones que puedan haber modificado sustancialmente la disponibilidad inicial de N, como:

- excesos hídricos (lavado de nitrato),

- antecesores que generen penalidades (por ejemplo, maíz) o créditos de N (por ejemplo, soja),

- incremento de la temperatura del suelo y, por ende, mayor concentración de nitrato respecto a la situación inicial.

📌Este muestreo complementario solo es válido en zonas donde no se haya aplicado fertilizante nitrogenado.

 

En segundo lugar, un monitoreo activo: franjas, ISN y decisiones

A partir del primer nudo hasta emergencia de hoja bandera (Z31-Z39), se recomienda utilizar sensores como el medidor de clorofila SPAD 502 que permite determinar el índice de verdor de la hoja (IV) o el sensor remoto Green Seeker que determina un tipo de índice de vegetación denominado NDVI, ambos han sido propuestos para monitorear el estado nutricional del cultivo. Para esto, se debe realizar una franja de suficiencia de N en el lote (Figura 1). La metodología de franjas de referencia consiste en aplicar N extra en una franja del lote (doble o triple pasada de la dosis inicial del lote) y comparar entre ambas zonas (franja vs lote). El Índice de Suficiencia de N (ISN) se calcula como:

Figura 1. Imagen de un lote con franja de suficiencia de nitrógeno.

 

A modo de ejemplo, en la Figura 2, se presenta un modelo que permite estimar la dosis óptima económica para el cultivo de trigo y cebada en función del ISN en el periodo que va desde un nudo (Z31) hasta hoja bandera (Z39). En base al modelo de la Figura 2 y considerando un ISN de 90%, la dosis de N a aplicar sería de 50-55 kg ha-1, lo cual permitiría obtener una respuesta promedio en rendimiento de 800-1000 kg ha-1. Además, valores de ISN mayores a 94% indicarían situaciones de suficiencia de N (Figura 2). Ahora bien, considerando el contenido de proteína en grano, valores de ISN de 94% en Z39 también permitirían lograr adecuados contenidos de proteína en trigo (10,3%) y cebada (9,5%). Aplicaciones de N en estadios más avanzados (espigazón) de cebada o trigo, con el objetivo de incrementar los niveles de proteína en grano, han logrado en promedio aumentos de solo 0,75-1%, lo cual remarca la importancia de construir una planta con adecuada disponibilidad de N desde el inicio del cultivo. Por lo tanto, si bien existe la posibilidad de corregir deficiencias hasta estadios reproductivos, el mayor impacto sobre rendimiento será durante encañazón mientras que aplicaciones posteriores de N incrementarán en mayor medida la concentración de proteína del grano.

Figura 2. Relación entre la dosis óptima económica (DOE) y el índice de suficiencia de nitrógeno (= valor de SPAD del lote/ valor de SPAD de la franja saturada con N) determinado en el estadio de un nudo (Z31) y hoja bandera (Z39) de trigo y cebada. La DOE fue calculada con una relación insumo producto de 6:1 (6 kg de trigo para pagar un kg de N). Fuente: Grupo Relaciones Suelo-Cultivo (Unidad Integrada Balcarce)- Nutriencia (https://intabalcarce.shinyapps.io/Nutrientes_suelo/).
Pautas para una evaluación CORRECTA:

o  Crear franjas saturadas con dosis altas de N (doble o triple de lo habitual).

o  Si se utiliza un medidor de clorofila como el SPAD502, medir al menos 30 hojas por sector, siempre la primera hoja completamente expandida.

o  Evitar hojas enfermas, mojadas o dañadas, cabeceras del lote o zonas no representativas.

o  Tomar decisiones dentro de la ventana crítica: Z31 a Z39.

En síntesis...

Para lograr un correcto manejo de la nutrición nitrogenada de trigo/cebada, es necesario realizar correctos muestreos de suelo y adecuados monitoreos en planta pensando en modelos de diagnósticos dinámicos que permitan mejorar en la eficiencia de uso de los recursos en pos de una agricultura eficiente y sustentable.

Si bien el N es la bala de plata, también pueden observarse en el lote deficiencias de otros nutrientes, entonces ¿Qué debo hacer si detecto en mi lote zonas puntuales con síntomas de posibles deficiencias nutricionales?
Se debe evitar el "muestreo reactivo". Un error frecuente es esperar a ver manchas o deficiencias visuales para tomar muestras de planta. Esta estrategia reactiva suele llegar tarde y no dar resultados consistentes. En caso de detectarse síntomas de deficiencias nutricionales, lo ideal para poder corroborar dicha hipótesis es tomar muestras de plantas u hojas de la misma zona en sectores con síntomas y de plantas "sanas". Además, se debe tomar muestras de suelo de ambas zonas, de manera de verificar que exista correlación entre la diferencia de concentración de nutrientes en los tejidos, si la hubiera, y los análisis químicos del suelo. Por supuesto, previamente o en simultáneo, se debería descartar otros factores abióticos (daños por temperatura, viento, etc) ó bióticos (plagas o enfermedades) que pudieran generar síntomas similares.

Máa Información en:
https://www.laboratoriofertilab.com.ar/publicaciones