Comunicación Técnica Nº2 2025

Elaborada por GRUPO TÉCNICO DE FERTILAB

Claves para un Uso Eficiente del Nitrógeno en Pasturas y Verdeos

 

Rol del nitrógeno en pasturas y verdeos

El nitrógeno (N) y el fósforo (P), ya analizado en la nota previa, son los dos nutrientes principales que limitan la producción forrajera en la región pampeana. El N regula el crecimiento vegetal y la producción de forraje, por lo cual, su manejo adecuado permite no solo incrementar los rendimientos y manejar la calidad del forraje sino también adelantar la oferta de pasto en momentos claves del ciclo productivo.

Requerimientos de nitrógeno y niveles de producción

La dosis de N requerida depende de la especie forrajera, del rendimiento esperado, del manejo y las condiciones ambientales. Los requerimientos de N varían entre 25 y 40 kg/tn MS dependiendo de la especie (Tabla 1). Las pasturas templadas de la región pampeana incluyen gramíneas forrajeras (festuca, raigrás, cebadilla y otras de menores relevancias) que dependen exclusivamente del N mineral del suelo o del fertilizante, leguminosas (alfalfa, tréboles, lotus), las cuales pueden fijar N atmosférico en asociación con bacterias del género Rhizobium, ó mezclas de especies ("pasturas consociadas"). No obstante, en el caso de las pasturas consociadas de gramíneas con leguminosas, se recomienda aplicar N para mejorar el crecimiento de las primeras. La aplicación complementaria del N además del P, permite en general duplicar la producción del forraje.

Tabla 1. Nivel promedio de requerimiento de nutrientes por pasturas.

La producción de forraje en materia seca (MS) varía entre 5 - 7 ton MS/ha/año en ambientes ganaderos marginales, hasta 12 - 15 ton MS/ha/año en ambientes sin limitaciones (aptitud agrícola). En general el 60-70% de esa oferta anual se produce durante la primavera o primavera-verano. Dichos valores superan ampliamente las producciones logradas en los sistemas ganaderos locales, lo cual puede asociarse a deficiencias nutricionales y desajustes en el manejo del forraje producido. Se estima que la brecha entre el rendimiento logrado por los productores ganaderos vs. el nivel de producción alcanzable es del 50%. Gran parte de esa brecha es explicada por las deficiencias nutricionales que afectan no sólo la producción, sino que también la calidad del forraje, además de los desajustes en la utilización del forraje producido ya mencionado

Oferta de Nitrógeno del Suelo

La disponibilidad de N en el suelo varía según el aporte vía mineralización desde la materia orgánica y las condiciones climáticas. Para determinar a la siembra de pastura la oferta de N del suelo, se recomienda el análisis de nitrato presiembra en muestras extraídas a 0-20 cm, 20-40 cm y 40-60 cm de profundidad. Además, se recomienda incluir el análisis del Nan en las muestras 0-20 cm, para poder conocer el potencial de mineralización que permite mejorar el manejo del N a aplicar. Una vez que la pastura o verdeo ya fue implantada y utilizada con uno o dos pastoreos o cortes no se recomienda el control posterior de N en suelo dado que la mayor parte de dicho nutriente fue absorbido por las especies utilizadas y en general, excepto en condiciones de sequía, la tasa de mineralización no alcanza a satisfacer los requerimientos de la pastura.

Dado que la tasa de mineralización se ve influenciada, además de la disponibilidad hídrica del suelo, por la temperatura, las deficiencias de N serán más marcadas en otoño y sobre todo a fines de invierno principio de la primavera, dos momentos claves para aplicar N vía fertilizante de manera de no afectar la producción forrajera.

Determinación de la Dosis de Fertilización

La dosis de N a aplicar dependerá de la producción objetivo, la oferta por parte del suelo y de la estrategia de uso de forraje. Generalmente, las dosis a aplicar varían según el nivel de producción esperado entre 30-40 kg N/ha en otoño y 50-70 kg N/ha en fines de invierno o principio de primavera. Diversos ensayos indican que la eficiencia de conversión del N en forraje varía entre 10 y 30 kg MS/kg N aplicado.

A modo de ejemplo, en la Figura 1 se observa la respuesta en producción de forraje de festuca mediterránea por efecto de la aplicación de N en Abril, sin condicionar la producción de alfalfa en verano. Las eficiencias medias fueron de 16 a 25 kg MS kg N-1. En gramíneas (verdeos de invierno o estivales) un manejo adecuado del N es de esperar una respuesta de 20 a 40 kg de MS/kg N aplicado, la cual corresponde a un requerimiento de 25 a 50 kg de N / ton MS.

Figura 1. Respuesta a la fertilización nitrogenada en otoño en pasturas de festuca mediterránea con alfalfa. Fuente: Alejandra Marino (Unidad Integrada Balcarce).

Más allá de la producción

Tal como se mencionó, además de aumentar la producción de forraje, la fertilización con N adelanta la disponibilidad de pasto en momentos estratégicos. Esto es clave en sistemas pastoriles con alta carga animal, donde la oferta forrajera determina la producción de carne y leche.

Estudios han mostrado que la aplicación de N a la salida del invierno mejora de forma significativa la tasa de crecimiento primaveral de las pasturas, con incrementos de hasta 40% en la producción de materia seca.

En términos económicos, con un adecuado aprovechamiento del forraje podrían esperarse respuestas en producto animal de 1-2 a kg de carne ó 15-20 litros de leche ha-1 por kg de N aplicado. Esto evidencia la RENTABILIDAD de la práctica de fertilización. Adicionalmente debería considerarse el impacto positivo de manejar pasturas correctamente nutridas sobre las características del suelo (fertilidad, estructura, etc.) aportando sustentabilidad a los sistemas agropecuarios.

Tenga presente que por el elevado valor de la tierra es más económico aumenta la producción de forraje por hectárea que destinar mayor superficie al área ganadera. Con una planificación adecuada de la fertilización y del aprovechamiento del forraje se alcanzan estos objetivos.

En síntesis...

El manejo eficiente del N en pasturas y verdeos requiere:

- Diagnóstico de la disponibilidad de N mediante análisis de suelo.

- Aplicaciones estratégicas en otoño y primavera.

- Integración con la nutrición de otros nutrientes como el fósforo, azufre, boro y cinc en producciones intensivas de forrajes

- Evaluación del impacto en la eficiencia de conversión de forraje en carne o leche.

Una estrategia de fertilización bien planificada permite maximizar la productividad forrajera y la sustentabilidad de los sistemas ganaderos.

Máa Información en:
https://www.laboratoriofertilab.com.ar/publicaciones