El tercer elemento: ¿Cómo estamos de azufre?
Las deficiencias de azufre (S) en cultivos extensivos son cada vez más frecuentes y de mayor magnitud
en la Región Pampeana. El contenido de materia orgánica de los suelos ha disminuido debido al laboreo
de décadas pasadas y a una menor participación de gramíneas o pasturas en las rotaciones agrícolas.
Esto provocó la pérdida de fertilidad de los suelos, disminuyendo la capacidad de aporte de S vía
mineralización. Varias redes experimentales han determinado respuestas en rendimiento al agregado de
S, en ambientes deficientes, que van desde 4% hasta el 14% según cultivo y zona. Por lo tanto, el S junto
al fósforo y el nitrógeno, son los macronutrientes a priorizar al momento de plantear la estrategia de
fertilización de los cultivos, además de la presencia cada vez mas frecuente de la deficiencia de
micronutrientes como el cinc y el boro variable según zona y cultivo.
La clave del diagnóstico de S se basa en identificar los lotes o ambientes deficientes a partir de:
- Contenido de materia orgánica: suelos con bajo contenido de materia orgánica (por ejemplo,
aquellos con textura arenosa) o que han sufrido una disminución debido a un uso intensivo, son
más propensos a presentar deficiencias
- Análisis de S-sulfato (0-20 cm): umbral crítico de 6 a 10 ppm, variable según cultivo y nivel de productividad.
- S disponible en el perfil (0-60 cm): en el sudeste bonaerense ha determinado un umbral crítico a la siembra del cultivo de 45 kg S ha-1 (0-60 cm).
- Presencia de napa o uso de riego: frecuentemente las napas y las aguas de riego presentan altos niveles de sulfato. Algo similar se observa en suelos con tosca por acumulación de sulfato de calcio en el perfil por los procesos edáficos, al igual que lo que ocurre con la acumulación de carbonato de calcio.
- Potencial de mineralización: lotes ubicados en el sudeste bonaerense con un N anaeróbico (Nan) por debajo de 60 ppm tendrán más probabilidad de respuesta a la fertilización con S
A partir del análisis de aproximadamente 2.500 muestras de suelo, remitidas al laboratorio FERTILAB
durante los meses de mayo y junio del presente año, se observó que el 85% de los lotes de la Región
Pampeana presentaban menos de 8 ppm de S-sulfato en el estrato 0-20 cm. (Figura 1). Esto estaría
indicando que la gran mayoría de los lotes analizados, destinados principalmente a cultivos de invierno,
presentarían deficiencias de S. Si bien existen algunas diferencias según las zonas en cuanto a la distribución de los resultados en las tres categorías, menos de 6 ppm (deficiencia severa), de 6 a 8 ppm
(deficiencia media) y mayor a 8 ppm (suficiencia), la tendencia es generalizada.

FIGURA 1. Distribución de los resultados de azufre en forma de sulfato (S-sulfato) de muestras de suelo (0-20 cm) remitidas
al laboratorio FERTILAB durante los meses de mayo y junio de 2024 provenientes de distintas zonas de la Región
Pampeana (n=2559).
Sin embargo, al no tener en cuenta el aporte subsuperficial de S podríamos cometer un error de
diagnóstico dado que, al tratarse de un nutriente móvil en suelo al igual que el nitrógeno, es importante
conocer la concentración de sulfato en muestras de mayor profundidad. Considerando solo las muestras
del sudeste bonaerense, el 26% de los lotes en los que se analizó el contenido de S-sulfato en las
muestras subsuperficiales presentaron un contenido igual o mayor que 45 kg S ha-1, asociándose en la mayoría de los casos a incrementos de S-sulfato en profundidad, característico de lotes con influencia de
napa o tosca (Figura 2).

FIGURA 2. Contenido de azufre (S) disponible en el perfil de suelo (0-60 cm) determinado en muestras de suelo
provenientes del sudeste bonaerense durante los meses de mayo y junio de (n=1052).
Tal como se mencionó anteriormente, el aporte de S por mineralización, el cual está relacionado con los
valores de Nan, debe ser tenido en cuenta al efectuar el diagnóstico, sobre todo en áreas o suelos con
uso agrícola menos intensivo, tal como ocurre en el sur de la región pampeana respecto al norte de la
misma.
Por otra parte, si bien no hay suficiente información, es importante mencionar que por efecto de la
temperatura se evidencian pequeños cambios a través del año en los contenidos de sulfato al igual que
en fósforo, siendo los mismos considerablemente inferiores a los de nitrógeno disponible.
¿Cómo determinar la dosis?
Una vez identificado el lote o ambiente con deficiencia de S, la dosis a fertilizar dependerá principalmente
del rendimiento objetivo del cultivo a realizar buscando, además, incrementar los niveles de S en suelo.
Para esto, se deberá tener en cuenta la extracción de nutriente en grano y el rendimiento objetivo. A modo
de ejemplo para un maíz de 10000 kg/ha, la extracción en grano de S seria de aproximadamente 12 kg/ha
(1,2 kg S/t). La dosis a aplicar debería tener en cuenta además de dicha extracción, una reposición
variable según el contenido de S-sulfato en suelo y la potencialidad del ambiente. En situaciones de doble
cultivo, considerar también la extracción del cultivo de segunda. De esta manera, el rango de dosis a
aplicar se ubicará entre 8 y 25 kg S/ha según cultivo o doble cultivo y rendimiento. Además, es común
observar una relación positiva con la respuesta a nitrógeno, frecuentemente de carácter sinérgico.
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