En este escenario actual, la FOTO nos brinda muy poca información para realizar un correcto diagnóstico, por lo cual es imprescindible conocer el aporte de N por mineralización mediante la determinación del Nan.
¿Cómo se mide el Nan?
La metodología para medir el Nan es sencilla y efectiva. Consiste en incubar una muestra superficial de suelo (primeros 20 cm) en anaerobiosis (sin oxígeno, con saturación de agua) durante una semana. Luego, se mide la cantidad de N liberada como amonio. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el Nan nos indica el potencial de mineralización, pero la cantidad real de N liberada dependerá de otros factores como la temperatura, las precipitaciones y la textura del suelo. Por ejemplo, dos suelos sembrados con trigo pueden tener el mismo valor de Nan (50 ppm), pero si uno de ellos está ubicado en el norte de la región pampeana, la cantidad real de N mineralizada será mayor respecto a otro ubicado en el sur de la región.
¿Cuáles son los valores zonales más frecuentes?
Los valores de Nan varían según la zona, la historia de uso del suelo y la textura. En la región pampeana y extra pampeana, por ejemplo, se han registrado valores de Nan desde 12 hasta 150 ppm en suelos bajo agricultura. En la Figura 2, se observan los resultados de Nan de muestras recibidas en nuestro laboratorio en los últimos años. Los promedios fueron 63, 45, 38 y 35 ppm para el sudeste de Buenos Aires (Bs As), oeste de Bs As, zona núcleo y Salta. A su vez, la variabilidad dentro de cada zona resalta la necesidad de cuantificar el Nan en cada lote o ambiente para tomar decisiones precisas de manejo.
Figura 2. Resultados de Nan de muestras remitidas a Fertilab durante los últimos años provenientes de distintas regiones de la provincia de Buenos Aires (Bs As), zona núcleo pampeana y Salta. n= cantidad de lote, o ambientes, analizados en cada zona.
¿Cómo se usa el Nan?
La inclusión del Nan al diagnóstico de N se realiza multiplicando el resultado obtenido (en ppm) por un factor de conversión que nos permitirá estimar la cantidad de N (en kg N por ha) que se mineralizará durante el ciclo del cultivo. Este factor se puede determinar localmente y dependerá del cultivo, la zona y la fecha de siembra, entre otros factores. A modo de ejemplo, para un cultivo de trigo sembrado en el sudeste bonaerense podemos utilizar un factor de 2,2 kg N por ppm. Esto quiere decir que por cada ppm de Nan se liberarán alrededor de 2 kg de N por hectárea a lo largo del ciclo. A esta cantidad, se le debe sumar los kg de N disponibles al inicio de ciclo los cuales se determinan a partir del contenido de N-nitrato. De esta manera, se cuantifica la oferta de N que proveerá el suelo (ver Figura 3). Esta oferta a su vez se puede ver afectada por el efecto del cultivo antecesor.
Para producir 1 tonelada de trigo con niveles de proteína adecuados (11-12%), el cultivo necesita absorber aproximadamente 30-35 kg de N. Considerando una eficiencia de recuperación de N del sistema del 60%, se necesitan 50-55 kg de N en el suelo para producir 1 tonelada de trigo. Por lo tanto, al multiplicar el rendimiento esperado por un requerimiento de 50-55 kg de N, se estimará la demanda del cultivo.
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