CLAVES PARA LA FERTILIZACIÓN DE PASTURAS Y VERDEOS
Las pasturas templadas de la región pampeana incluyen gramíneas (festuca,
agropiro, raigrás, cebadilla, etc.), leguminosas (tréboles, alfalfa, lotus, etc.) o mezclas
de especies ("pasturas consociadas"), con producciones de materia seca (MS) que
varían entre 5000 a 7000 kg MS/ha/año en ambientes de menor aptitud, hasta 15000 -
20000 kg MS/ha/año en ambientes sin limitaciones (aptitud agrícola). En general, el 60-
70% de esa oferta anual se produce durante la primavera o primavera-verano. Para
alcanzar esos niveles de producción, que superan ampliamente los logrados en los
sistemas ganaderos locales, se debe realizar un ajuste en el manejo del forraje
producido y cubrir las necesidades nutricionales para evitar deficiencias.
¿POR QUÉ FERTILIZAR LAS PASTURAS?
Es común que la provisión natural ya sea desde el suelo o fijación simbiótica de
N de las leguminosas, entre otras, no sea suficiente para abastecer la demanda y se
generen deficiencias nutricionales que reducen el crecimiento de las plantas. Estas
deficiencias pueden corregirse mediante la aplicación de fertilizantes logrando:
1. Mejorar la implantación y establecimiento de los recursos forrajeros.
2. Aumentar las tasas de crecimiento y anticipar la producción de forraje (20 - 30 días). El adelantamiento del inicio del pastoreo es un factor clave para la alimentación del ganado sobre todo en la salida del invierno.
3. Duplicar o triplicar la producción de forraje que se obtendría en condiciones naturales (Foto 1).
4. Mejorar la calidad (contenido proteico) del forraje.
5. Escalonar la oferta de forraje
6. Incrementar la persistencia de las pasturas perennes.
7. Impactar positivamente sobre la salud del suelo (fertilidad, estructura, etc.).
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