Caja 2: ¿Cómo monitoreamos nitrógeno?
El medidor de clorofila SPAD 502 y/o el sensor remoto Green Seeker permitirían caracterizar, de forma rápida y no destructiva, el estatus nitrogenado durante el ciclo del cultivo. A modo de ejemplo, en la Figura 3, se presenta un modelo que permite estimar la dosis óptima económica para los cultivos de trigo y cebada en función del índice de suficiencia de N (ISN = valor de SPAD del lote/ valor de SPAD de la franja saturada con N *100) en el periodo que va desde un nudo (Z31) hasta hoja bandera (Z39).
En base al modelo de la Figura 3 y considerando un ISN de 90%, la dosis de N a aplicar sería de 50-55 kg ha-1, lo cual permitiría obtener una respuesta promedio en rendimiento de 800-1000 kg ha-1. Además, valores de ISN mayores a 94% indicarían situaciones de suficiencia de N. Ahora bien, considerando el contenido de proteína en grano, valores de ISN de 94% en Z39 también permitirían lograr adecuados contenidos de proteína en trigo (10,3%) y cebada (9,5%) (Figura 4).
Aplicaciones de N en estadios más avanzados (espigazón) de cebada o trigo, con el objetivo de incrementar los niveles de proteína en grano, han logrado en promedio aumentos de solo 0,75-1%, lo cual remarca la importancia de construir una planta con adecuada disponibilidad de N desde el inicio del cultivo.
Por lo tanto, si bien existe la posibilidad de corregir deficiencias hasta estadios reproductivos, el mayor impacto sobre rendimiento será durante encañazón mientras que aplicaciones posteriores de N incrementarán en mayor medida la concentración de proteína del grano.
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