Elaborado por GRUPO TECNICO DE FERTILAB


ANALISIS DE SUELO POR ANGEL BERARDO:
"EL DIABLO SABE POR DIABLO PERO MÁS SABE POR VIEJO"


En la sección 15 de "La vuelta de Martín Fierro" (José Hernandez, 1897), el Viejo Vizcacha le deja al hijo de Fierro varias enseñanzas entre las que se destaca: "El primer cuidao del hombre es defender el pellejo. Lleváte de mi consejo, fijáte bien en lo que hablo: el diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo". La presente es una nota de opinión del Ing. Berardo (Fundador y Presidente de FERTILAB) donde nos deja alguna de sus enseñanzas producto de la experiencia.


En la presente campaña, los niveles de nitrato son muy bajos y poco variables en la mayoría de los suelos de la Región Pampeana, principalmente en el centro y sudeste de la provincia de Buenos Aires (30-40 kg/ha en los primeros 60 cm del perfil del suelo, ver S.O.S.: NITRÓGENO EN PRESIEMBRA

Las abundantes precipitaciones ocurridas en los últimos meses son el principal factor que explicaría tal situación. No obstante, los cambios en el manejo de los suelos, como la eliminación de las labranzas, la incorporación del doble cultivo y la reducción del período de barbecho, afectan las condiciones y el tiempo suficiente para que el contenido de nitrato inicial refleje la capacidad de mineralización del nitrógeno (N) del suelo. Por lo tanto, los métodos de diagnóstico tienen que ajustarse a la agricultura actual más intensiva y más extractiva para lo cual hay que entender como funciona el sistema.

Bajo este escenario es fundamental la determinación del N anáeróbico (Nan) en muestras superficiales para conocer el potencial de mineralización del suelo y lograr un mejor ajuste de la dosis de N. De esta manera se lograría un mejor manejo de la nutrición nitrogenada no sólo para obtener altos rendimientos sino también adecuados contenidos de proteína en grano.

Desde el punto de vista del diagnóstico, la determinación de Nan para el manejo del N es tan importante como la determinación de P Bray para el manejo del fósforo (P), que además para Nan es aún más sensible por su mayor recuperación por la planta tal como lo han demostrado los resultados experimentales. En lo que respecta al P, sus contenidos deberían mantenerse entre 15-20 ppm según la productividad del ambiente y su reposición debería ser por lo menos similar a los niveles de extracción para lograr un manejo sustentable.

Respecto al azufre (S), es importante conocer la disponibilidad de S de los suelos dado que en la Región Pampeana cada vez es más frecuente la respuesta a la aplicación de este nutriente. Además, por tratarse de un nutriente móvil al igual que el N, se sugiere su determinación en muestras superficiales y subsuperficiales.

Este nutriente presenta mayor residualidad que N no solo por su menor movilidad en suelo, sino también por su menor extracción o índice de cosecha sobre todo en gramíneas respecto al cultivo de soja. Hay que considerar que sus requerimientos representan menos del 10% respecto a los de N, lo cual implica que una variación en 1-2 ppm de S-sulfato sería similar a cambios superiores a 10-20 ppm de N-nitrato.

Por último, entre años, también hay cambios en la disponibilidad de nutrientes en una magnitud variable según las condiciones climáticas y el nivel de extracción de los cultivos, sumados a los originados por la residualidad de los nutrientes aplicados previamente. Los mayores rendimientos que se dan luego de años de sequía suelen estar asociados también a incrementos en la disponibilidad de nutrientes por el menor consumo.

Esto suele ocurrir con una magnitud variable según el nutriente en consideración y según los años. Por lo tanto, es imprescindible realizar una correcta evaluación de la disponibilidad inicial para poder realizar un adecuado manejo de la nutrición de los cultivos.


Para finalizar, considerando los valores de la tierra y su arrendamiento y, el costo de producción de los cultivos, resulta insignificante el valor del análisis de suelo, el cual normalmente no supera 1- 2 dólar por hectárea. No obstante, hay que efectuar los análisis que sean realmente necesarios como así también una correcta interpretación, además de respetar las normas de muestreo, para que sean realmente útiles. De esa forma se lograría una mayor eficiencia de uso de los nutrientes del suelo y de los que tengamos que aplicar para obtener una mayor productividad, rentabilidad y manejo sustentable del recurso suelo.


MÁS INFORMACIÓN EN:
http://www.laboratoriofertilab.com.ar/publicaciones.php